Hay silencios que son los gritos más fuertes, palabras que se pierden en el vacío, canciones que se graban en el corazón y libros que contienen páginas en blanco... No siempre las cosas son como nos parece verlas, no siempre estamos dispuestos a ver lo que está delante de nuestros ojos, sin más, sólo vemos lo que estamos acostumbrados a tener. Y así, como si abrimos los ojos bajo el mar, nos cuesta apreciar lo que a veces la vida te pone delante; pero como ocurre en los cuentos, siempre hay otro final posible y puede que si te quedas un ratito más bajo el manto de sal, tus ojos se acostumbren y la vida te golpee como una ráfaga de viento en el desierto, y entonces, te des cuenta. Tan irónico y real, se muestra ante tus pies la posibilidad. Y es en tu elección donde está la intensidad de que ello influya o no en tu vida. Sólo tú decides...
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